WICKED: MEMORIAS DE UNA BRUJA MALA

No me andaré con rodeos. Wicked es una novela rara. Tanto que me sorprende que se conviertiera en un bestseller. Gregory Maguire toma a la Bruja Mala del Oeste de "El Mago de Oz" y la convierte en protagonista. Hasta aquí bien. El mago de la novela de Frank Baum es fácil de convertir en un villano, no sólo es un farsante que se oculta tras trucos de feria para parecer grandioso cuando en realidad es un hombrecillo ridículo que manda a una niña perdida a matar a una horrible bruja. Cosa qué, la verdad, no tenía mucho sentido ya en la novela original. El caso, es que tras el paso de convertir al Mago en el malo de la historia, titubea a la hora de dar el siguiente paso obvio: convertir a Elphaba, la bruja que da título a la novela, en una heroína. Otra decisión extraña es la de escribir una especie de biografía, en lugar de una fábula cómo lo era la novela de Baum. La biografías siempre tienen un problema de falta de ritmo. Suelen parecer una sucesión de anecdotas y situaciones dispares sin un hilo argumental concreto, porque la vida de la gente real es así, caótica. Sin embargo tratándose de un personaje de ficción no acabo de entender la elección de este formato. Escoge narrar cinco momentos concretos de la vida de Elphaba; uno en la infancia, uno la adolescencia, uno en la juventud, otro en la madurez y un último en la vejez. Lo que se ha incluido y lo que se ha dejado fuera parece escogido un tanto al azar y sólo durante algunos de estos episodios Elphaba se convierte en un personaje genial con el que te identificas y que plantea toda clase de preguntas interesantes sobre la naturaleza del bien y el mal, sobre la existencia del alma y sobre los gobiernos y las sociedades que los sustentan. Durante esos momentos Wicked es una novela brillante que le recomendaría a todo el mundo. Desgraciadamente el autor parece no tener muy claro qué quiere contarnos exactamente, el ritmo decae enormemente durante la madurez del personaje. A ratos el tono parece demasiado infantil para el tono adulto de casi toda la narración. El mundo de Oz es tal vez demasiado simple para los temas tan complejos que quiere tratar y, para acabarlo de rematar, sin venir a cuento de nada se incluye una escena de ¿sexo? condenadamente incomprensible. Aun así, la novela merece la pena porque sus mejores momentos son realmente buenos, y porque no se parece del todo a nada que hayas leído antes.

Veredicto: 7, aunque algunos pasajes son de 10, otros son sólo de 5.

Comentarios

  1. Por fin se de que trata este libro! Y eso que he llegado a regalarlo! :D

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