EL ANGEL SOMBRÍO, de Mika Waltari

"Vine aquí para morir en las murallas de Constantinopla. Dispuesto a dar la vida por todo lo que ya pasó, por todo lo que ningún poder en la tierra puede restaurar. Se acercan tiempos muy distintos; no siento el menor deseo de verlos."

    En el año 1453 d.C. los habitantes de Constantinopla se enfrentan a un grave dilema. El sultán Mohamed de los Turcos avanza hacia la ciudad con un ejercito de más de 200.000 hombres, mientras que defenciendo las murallas y el puerto hay menos de 10.000. Ante esta ciudad pueden hacer dos cosas: Defender la ciudad siendo fieles a su legítimo Emperador, griego cómo ellos mismos, a pesar de que este ha firmado la unión entre católicos y ortodoxos (cosa que ojos de los habitantes de los restos del Imperio Bizantino supone venderse a los herejes), con la esperanza de que el Papado mandará la flota que prometió a cambio y de que los Venecianos y Genoveses que forman la mayor parte del ejército que defiende Constantinopla no se repartirán la ciudad entre ellos cuando todo termine. La otra opción es rendirse al sultán, que ha prometido respetar su religión y ser clemente con los vencidos. En este escenario, Mika Waltari nos narra un romance que pretende estar a la altura de semejante choque de civilizaciones. Y no lo consigue, pero se acerca.
    Sencillamente la historia del asedio de la ciudad está narrado de una forma tan épica e interesante que la historia de amor parece estar de más. Aunque el catastrofista de Giovanni Ángelos acaba por caerte bien; con su habilidad para juzgar los hechos con una perspectiva histórica que parece más propia de un escritor finlandés del siglo XX que de un personaje que vivió en 1452, por culto que fuera, y para hablar cómo si recitase sus diálogos para la posteridad y no para su novia o para quien quiera que este hablando con él en ese momento. Cuesta un poco más encariñarse con la arrogante y voluble Ana Notaras, pero también acabas por perdonarle sus desvaríos. Al final, cuando resulta que después de todo la historia de amor si venía a cuento de algo y se cierra brillantemente la trama pseudo histórica enlazando con los hechos rigurosamente documentados (sí, el cañón gigante de los turcos existió de verdad), te das cuenta de que esos diálogos a base de sentencias lapidarias realmente permanecerán contigo mucho tiempo. Tal vez incluso pasen a la posteridad.

Veredicto: 8,5 "Mi linaje se halla escrito en mi rostro. El nombre de mi padre es Espada y el de mi madre Pluma. Las pensativas estrellas son mis hermanos, y ángeles y demonios mi parentela."