CABAL, de Clive Barker

El nombre de Clive Barker parece estar irremediablemente atado a las películas de Hellraiser, una de esas sagas de terror que se resisten a morir a pesar de que cada entrega es invariablemente peor que la anterior. El éxito de esas películas hizo que alguién probara suerte adaptando otra novela corta del autor, Cabal (aunque la película se llamó "Razas de noche"). La cinta tuvo una taquilla muy inferior a la de Hellraiser y pasó sin pena de gloria pero por algún motivo a mi me gustó más que Hellraiser y es una de esas películas que veía una y otra vez en mi adolescencia (grabada de la tele en VHS, cosa que me hace sentir un poco obsoleto). Ya en su día pensé que me gustaría leer la novela, pero por algún motivo no la he cogido presatada de la Fundación Manuel Torreiro para frikis mileuristas hasta esta semana pasada.
El libro, casi un relato largo más que una novela corta, se lee en un suspiro: no sólo es corto sino que tiene tanto diálogo que casi parece un guión de cine. De hecho, la adaptación al cine es bastante fiel en casi todo, salvo en que todo queda mejor explicado y, especialmente, el abrupto y confuso final de la película queda mucho más claro. Sí no habéis visto la película, la novela es más recomendable aun. Clive Barker tiene el San Benito de ser el escritor que escribe mejor que Stephen King, pero vende menos, y la verdad es que tiene algo qué King no tiene, un estilo propio y reconocible y una imaginación muy peculiar; sus novelas son casi más novelas fantásticas que de terror y en Cabal esa fantasía desborda por todos lados. Te hace sentir cuando se acaba que el tema daba para mucho más y te hace desear una segunda parte, a la que está dejando una clara puerta abierta.

Veredicto: 8, es tan corta y deja tantas buenas ideas abocetadas que parece un poco inacabada, a la vez que te deja con ganas de más.