LA SANGRE DE LOS ELFOS, de Andrejz Sapkowski‏

Leí los dos primeros libros de la saga de Geralt de Rivia de un tirón, hace tres años. El primero me pareció todo un soplo de aire fresco para la fantasía moderna. Sin perder el tono ligero de una novela de aventuras daba un giro al género fantástico que lo acerca a los lectores modernos. Su protagonista, Geralt de Rivia es un brujo, lo que en este mundo significa que es un cazador de monstruos que vaga de pueblo en pueblo ofreciendo sus servicios por dinero. El primer libro con esta formula se dividía una serie de originales cuentos que volvían del revés los tópicos del género, vagamente entrelazados por su protagonista común. El segundo libro ofrecía más de lo mismo pero sin tanto éxito, la formula parecía haberse gastado bastante deprisa, pero al final de esa nueva colección de historias arrancaba una trama que prometía el abandono de la formula de "mostruo por capítulo" dándome la esperanza de que a partir del tercer libro veríamos algo distinto.
"La sangre de los elfos" ofrece, en efecto, un cambio de ritmo total. Un vuelco tan grande, de hecho, que te quedas con la sensación de no haber leído casi nada. Si en el primer libro teníamos diez aventuras completas que podías disfrutar por si mismas, en este libro tienes un tercio de una historia. La novela empieza a medias, porque ya estaba planteada al final del segundo libro y termina a medias. Incluso da la impresión de terminar en un punto cualquiera, sin que la situación de ninguno de los personajes haya variado sensiblemente. Han corrido alguna aventurilla, sí, se han planteado un cierto número de situaciones y presentado un sinfín de personajes, pero ninguno de ellos ha hecho nada reseñable. Es un libro corto y no se entiende cómo simplemente no siguió hasta llegar a un punto más relevante en el que dejar aparcada la historia.
Para compensar esta desconcertante ausencia de estructura (ya sabéis, introducción, nudo y desenlace) tenemos un mundo poblado por razas sacadas de la fantasía clásica al estilo Tolkien que han sido avasalladas por los humanos básicamente porque se reproducen más deprisa que las demás razas. Los elfos viven relegados a un a suerte de reservas y los enanos ejercen de ricos pero despreciados banqueros y empresarios. Mientras tanto una coalición de pequeños reinos debe prepararse para enfrentarse al imperio al que ya derrotaron por los pelos hace poco y con el que tienen un grágil tratado de paz. En este mundo lleno de conflictos parte de los secundarios presentados en las anteriores novelas se unen a Geralt que comparte en esta ocasión el protagonismo con ellos, dando más profundidad a la historia, pero restándole ritmo. Incluso, cómo de pasada, le da tiempo a Geralt a cazar un monstruo, para que no se diga. Este encuentro, que no guarda apenas relación con la trama, parece añadido para que la cosa no decaiga, sin venir al caso. Cómo encuentros aleatorios en una mala partida de rol. Con todo deja planteadas un buen número de situaciones potencialmente interesantes y tienen personajes interesantes. Este mundo esta a punto de dejar la edad media para entrar en el renacimiento y la magia y la ciencia parecen avanzar a la par, sin que una excluya  a la otra. Es un mundo que parece auténtico, lleno de personajes con motivaciones reconocibles. Cómo al final de la anterior novela, parece que esté a punto de ocurrir algo interesante. Espero que no sea un farol y que en la siguiente entrega realmente algo o alguien llegue a alguna parte.

Veredicto: 7 Le falta dirección. Aun así podría terminar llegando a alguna parte.

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