Woody Allen es uno de esos directores de los que siempre se dice que ya no es tan bueno cómo antes. Que últimamente flojea. Parece que hay un gran sector del público y la crítica que piensa que "cualquier película pasada fue mejor". Y de eso, de la creencia generalizada de que en el pasado hubo una "época dorada" en el que las cosas eran mejores es de lo que va esta película. Owen Wilson interpreta a un escritor que escribe guiones mediocres pero muy bien pagados para Hollywood. Ahora quiere cumplir su sueño de escribir una novela sin preocuparse por el éxito comercial. Esta ilusión topa con su prometida, que ha programado una vida totalmente distinta para él. Mientras están de vacaciones en París el escritor encuentra un coche de época desde el que un hombre le invita a unirse a una fiesta. El coche lo transportará a lo que el escritor considera la época dorada: el parís de los años veinte. Allí conocerá a Hemingway, a Scot Fitzgerald, a Pablo Picasso y a muchos otros artistas célebres que le harán reflexionar sobre su vida, sobre su temor a la muerte y sobre su relación con su prometida.
Woody Allen demuestra una vez más, para los creyentes en un pasado mejor, que sigue siendo tan buen director cómo siempre. Qué no hay actor tan malo que no se vuelva bueno bajo su batuta (Owen Wilson hace fácilmente el mejor papel de su vida). Qué sus diálogos siguen siendo tan frescos e hilarantes cómo hace treinta años. Qué puede escribir una comedia romántica y esquivar casi todos los tópicos del género. Qué la época dorada es ahora.
Veredicto: 9, Puede que sea porque siempre me han molestado todo esos que se niegan a ver los problemas del pasado y sólo recuerdan lo que les gusta, pero está película me ha parecido a la altura de Woody Allen. Sí, ese Woody Allen legendario que algunos creen que sólo existió en un pasado mejor.
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