EX MACHINA (Vol. 10 y último), de Brian K. Vaughan y Tony Harris‏

A estas alturas poca gente me discutirá que Brian K. Vaughan es un gran guionista. Trabajos cómo "Runaways" o "Y, el último hombre" lo demuestran. Y para los que no suelen leer cómics, hay que decir que escribió algunos de los mejores episodios de "Perdidos" durante las temporadas tercera, cuarta y quinta (puede que sea casualidad, pero cuando decidieron no contar con el para la sexta temporada la calidad de los guiones se desplomó y les condujo al infame final de la serie). El dibujante, Tony Harris, también deslumbró a propios y extraños con su excelente trabajo en "Starman". Juntos crearon "Ex Machina", una atípica serie protagonizada por un ex-superhéroe que, aprovechando su fama por una acción heróica, llega a alcalde de Nueva York. Con su candidatura independiente, manteniéndose al margen de republicanos y demócratas, y aprovechándo su popularidad, emprenderá toda una serie de reformas progresistas mientras su pasado cómo superhéroe regresa una y otra vez para acosarlo. La historia va dándo saltos al pasado, a la época en la que era el superhéroe conocido cómo "La gran Máquina", pero esas historias nunca acaban de quitar el protagonismo a lo que está pasando en el presente. Cómo alcalde, su habilidad de hablar con las máquinas y ordenarles que hagan lo que él quiera le ayudará también a resolver más de una crisis.
Con un reparto de secundarios magnífico y un apartado visual en el que harris se supera a si mismo, la serie ha sido de lo mejor del cómic americano de los últimos años y con este décimo tomo llega a su conclusión, lo que me parece un acierto. Si Vaughan no contó la historia del último hombre de la tierra en 60 capítulos, acabando la serie antes de que decayera, en este caso ha cerrado la historia en cincuenta, y justo a tiempo, porque en este último tomo Harris empieza a dar muestras de cansancio, trabajándo menos las composiciones de página y los personajes. En cuanto a la historia, es solvente, da un final más que digno a la serie, pero salvo por un par de momentos no sorprende cómo lo hicieran tomos anteriores.
En definitiva, incluso siendo uno de los momentos más bajos de la serie, resuelve la historia de un modo que tiene sentido sin sorprender pero sin hacer que el resto de la serie desmerezca por ello. Igual que en "Y, el último hombre" Vaughan ha optado por un final previsible pero que tiene sentido antes que intentar dar un giro inesperado y meter la pata. Algo que bien podría haber aprendido de él los guionistas de "Perdidos".

Veredicto: 7,5 Sin estar a la altura de el resto de esta magnífica serie, es un buen cómic.